Sunday, February 12, 2006

Baile de cuchilleros

Déjame decir con palabras excelsas
Aquí estoy.
No me olvido tan fácilmente
Aunque el viento pasa,
Susurro perdido, o grito al aire,
De veras que a veces no lo escucho.
No porque no quiera,
Porque a veces me ensordezco
Solamente por no oír.
Vi una estrella que se apagó de pronto.
Era una luminosidad linda,
De esas que se hallan solo
en las pupilas oscuras de los ojos amados.
Hoy.
Salí emperifollada, a la danza de puñales.
Un pequeño cuchillo se metió por entre mis venas,
Como una saeta, un rayo de luz,
Mortal hoz cegando vidas
Se metió la hoja, se metió el filo.
Desgarró la carne como un rayo
Y no vertió la sangre.
Por el barro sacio su hambre
De cuchillo flaco,
De mal hecho el tajo.
Hoy.
Tienen cara de miedo.
Hoy se meten de momentos, limpiamente,
Hoy son palabras al aire,
Que mi oreja captó al vuelo.
Que me dices a mí?
Que a mí me has hablado?
Pues te he escuchado,
O no te he escuchado,
Pero he sentido
El estoque de tu dolor, cuchillero,
El estoque doliendo en tu pecho,
Cegando mi garganta,
Como cuchillo de carnicero,
penetra entre la vena,
sin verter el ungüento.
Ay! Que baile de estocadas,
Cuchillero, no me muestres tu llaga,
No quiero ver lo que lleva dentro,
No al gusano, ni el pus infecto,
Ni la palabra aguda, ni la mirada mordiente,
No hagas volar esas mariposas,
Que los filos cortan más fino
que las hojas de la navaja.
Y ya, dime que bailas, cuchillero,
Y que danzando quizás
Olvides los dolores, cuchillero callado
Y quieras hablar de nuevo,
De lienzos bonitos,
De tules y terciopelo.