Sunday, February 12, 2006

ellas


Tengo tres hijas feas, princesas
De palacios con estandartes de
Humanas y correosas lienzas
Entre la fanfarria de los dientes
de castañuelas. Todo ajeno.
Su construcción es un tal complejo
Que los años pasaron al paso
Antes de verles los rostros plenos.
Tengo tres hijas feas que como
Marionetas de un teatro absurdo
Vienen coqueteándole al mundo
Lo que les ordena madre desde
La oscuridad de mis salones,
Trampa fatal del aventurero.
-Ahora saben quienes donaron
a quiénes Sus despojos mortales.
Mis horrendas hijas son sabuesos
De mis más suculentos deseos
Fieles por el nudo en sus almas.
ellas vagan –fieles- por el mundo
mientras todos mis ojos las vean
y la tristeza no me agote
en la profundidad de un sueño
porque en el fondo de sus almas
mis hijas tienen hambre de la mía
y realmente no dudarían
en alargar sus manos ya largas
en pos de mi ánimo y sangre.

mujeres feas

mujeres feas
de pieles oscuras y correosas.
cavernas bajo los pómulos altos
y cavernas en las bocas desdentadas

ustedes, mujeres feas,
de caderas nudosas
como rocas de quebrada negra,
¿muestran ustedes atisbos de femineidad?

en ustedes, mujeres feas,
¿pueden hallar svuestros maridos
la idea de una cintura
o la huella tenue
de una pestaña larga y curva?

en ustedes, mujeres feas,
¿hallan vuestro hombres
el seno cálido,
el abrazo incondicional
y el beso al despertar?

hermosas mujeres feas
que saben hacer de la oscuridad
la luz de los tiernos amantes pastoriles
que antaño tuvieron vuestros rostros
y el de vuestros hombres.

hermosas mujeres feas,
de vosotras es la magia
oculta en una cojera,
la machi poderosa,
riendo desde un único incisivo flaco,
la madre, la mujer amante,
la sal, el día y el ocaso

el poeta, la musa y su tristeza.

estaban perdidos
en la casa, bajo los techos altos.
estaban perdidos.

el poeta habla como un profeta.

nos desconectamos
la noche en que una quiso trasponer la belleza,
manos que se entrelazaron
en la trenza de sensaciones.
y el cielo se estremecio.
y una mariposa salio volando,
dejando un vacío
con alas de mariposa,
como un patrón,
la pieza de un puzzle infantil de madera.
y la montaña se asustó
del vacío en su pecho,
allí donde la lana del chaleco
se había humedecido con las saladas lágrimas.

porque ella lloraba su torpeza
y lloraba haber osado faltar el respeto al destino
en el pecho de la montaña
que se hacía montaña nocturna,
oscura e inanimada.

el poeta es profeta de su vida.

dice como ella se enroscará a los pies de la cama,
se enroscará en el suelo
y se enroscará al vaivén del columpio;
lejos.
¿viviré un mes?

nadie sabe cuanto pesa una montaña en el alma.
el juego es tan peligroso,
como la montaña misma.
y el poeta, profeta de su vida,
se pregunta:
¿cuánto tardarás en matar la flor nocturna?
ella responde
lo fácil que es aplicar tijeras
al delicado tallo
y lo difícil que es cuidarla.

yo quiero que mis escritos
caigan en tus manos
y quiero precipitar la noche aciega,
para saber simplemente qué pasaría.

¿podrá la montaña descubrir el sol
y regar la flor, iluminarla?

la muerta

Solo puedo pensar,
Recordando el dolor.
Mi esencia vuela lejos
Al destino incierto,
Mi espíritu muere

Llorar, oh, llorar,
Las tinieblas se tragan
El blanco de mis huesos
La lejanía no es suficiente
Para dejar de escuchar
Tu largo lamento.

Viudo.
Te has quedado solo.
Hoy.
Un puñal es una larga letanía
Mucho tiempo tardas
En pasar tus dedos por el filo,
Piensas:
Hoy, poco tiempo es demasiado
Para tratar de olvidar.

No puedo asirte.
No puedo cantar para ti.
No puedo olerte.
No puedo verte.
No puedo oírte.
Solo te sé llorando
Frente a mis huesos renegridos
Por las llamas ácidas de la tierra.

Solo puedo pensar,
Recordando el dolor,
Uno frío y egoísta,
Uno que era solamente mío,
Que era muy físico,
Que era yo muriendo.

Llorar, oh llorar.
Tus ojos perlados mienten,
Cuando dicen que mueren por mí.
Este pequeño puñal
Sangrará por ti,
Porque no me dejaste partir.
Porque no dejaste nunca de llorar.

Y no podrás asirme.
No podrás tocar para mí.
No podrás olerme.
No podrás verme
No podrás oírme,
Sino saberme.
Eternamente alejada de ti

Baile de cuchilleros

Déjame decir con palabras excelsas
Aquí estoy.
No me olvido tan fácilmente
Aunque el viento pasa,
Susurro perdido, o grito al aire,
De veras que a veces no lo escucho.
No porque no quiera,
Porque a veces me ensordezco
Solamente por no oír.
Vi una estrella que se apagó de pronto.
Era una luminosidad linda,
De esas que se hallan solo
en las pupilas oscuras de los ojos amados.
Hoy.
Salí emperifollada, a la danza de puñales.
Un pequeño cuchillo se metió por entre mis venas,
Como una saeta, un rayo de luz,
Mortal hoz cegando vidas
Se metió la hoja, se metió el filo.
Desgarró la carne como un rayo
Y no vertió la sangre.
Por el barro sacio su hambre
De cuchillo flaco,
De mal hecho el tajo.
Hoy.
Tienen cara de miedo.
Hoy se meten de momentos, limpiamente,
Hoy son palabras al aire,
Que mi oreja captó al vuelo.
Que me dices a mí?
Que a mí me has hablado?
Pues te he escuchado,
O no te he escuchado,
Pero he sentido
El estoque de tu dolor, cuchillero,
El estoque doliendo en tu pecho,
Cegando mi garganta,
Como cuchillo de carnicero,
penetra entre la vena,
sin verter el ungüento.
Ay! Que baile de estocadas,
Cuchillero, no me muestres tu llaga,
No quiero ver lo que lleva dentro,
No al gusano, ni el pus infecto,
Ni la palabra aguda, ni la mirada mordiente,
No hagas volar esas mariposas,
Que los filos cortan más fino
que las hojas de la navaja.
Y ya, dime que bailas, cuchillero,
Y que danzando quizás
Olvides los dolores, cuchillero callado
Y quieras hablar de nuevo,
De lienzos bonitos,
De tules y terciopelo.